Ilustración que recrea la entrada de la bóveda


El gobierno de Noruega presentó los planos de una bóveda diseñada para albergar todas las variedades de semillas conocidas, y así salvaguardar la agricultura del planeta en caso de producirse una catástrofe.
La que se conoce como la “bóveda del juicio final” se construirá en el interior de una montaña en el remoto archipiélago noruego de Svalbard, cerca del Polo Norte, y contendrá unos tres millones de muestras de semillas procedentes de todo el mundo.


Con ésta bóveda se pretende salvaguardar la agricultura del planeta de futuras catástrofes, tales como una guerra nuclear, el cambio climático o el impacto de un meteorito.
Se espera que la construcción de la bóveda se inicie el próximo mes de marzo y finalice en septiembre de este mismo año, para entrar en funcionamiento en 2008.
Las semillas quedarán almacenadas a 10 metros, en las profundidades de una montaña, rodeadas por muros de un metro de ancho, reforzados con cemento armado y puertas blindadas a prueba de explosiones.
Zona estable
La administración de la bóveda será llevada a cabo por el Fondo Global de Diversidad de Cosechas, fundado en 2004, y cuya misión es “preservar la diversidad de las cosechas a perpetuidad”.

Oso polar fotografiado en la región noruega de Svalbard

Los osos polares, frecuentes en la zona, pueden servir de barrera natural contra incursiones.

Según sus promotores, el lugar escogido para la construcción de la bóveda ofrece el nivel de estabilidad requerido para un proyecto a largo plazo.
El director ejecutivo del fondo, Cary Fowler, explicó a la BBC que la zona se estudió en profundidad, “midiendo los niveles de radiación de la montaña y analizando la estructura geológica”.
Según Fowler, también se hicieron previsiones del cambio climático en un plazo de 200 años, incluyendo la posibilidad del deshielo de los dos polos y Groenlandia, para asegurarse de que en ese caso la bóveda se encontraría por encima del nivel del agua”.


Las semillas serán almacenadas a una temperatura de 18ºC, y aún en el caso de que los sistemas de refrigeración fallaran, el permafrost de la montaña (capa de hielo perpetua de la región) proveería refrigeración natural.
La bóveda de Svalbard actuará como el “almacén de seguridad” para la red mundial de bancos de semillas financiada por el Fondo Global de Diversidad de Cosechas.